“Jugar no es solo cosa de niños”, por Pau Gasol
¿Quién no recuerda pasar tardes en el parque, en casa o en el recreo, imaginando ser un superhéroe con poderes especiales? ¿O jugando al pilla-pilla en el patio del colegio con sus compañeros de clase?
El juego forma parte de nuestra naturaleza desde muy pequeños y se convierte en una forma de aprender y relacionarnos con nuestro entorno. Por un momento, dejamos de lado el mundo que nos rodea e imaginamos realidades en las que decidimos quiénes queremos ser, dónde queremos estar y cuál es nuestra relación con los demás. Esta práctica nos aporta alegría y diversión al tiempo que nos ayuda a desarrollar un conjunto de habilidades que serán de gran utilidad en la vida.