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La búsqueda de talento es generalizada y frecuente en los deportes juveniles, donde la selección o exclusión en muchas especialidades sigue un grado de madurez, especialmente durante la pubertad, cuando los jóvenes alcanzan el pico de máxima velocidad de crecimiento en altura.

El objetivo de muchas instituciones deportivas y clubes es desarrollar a aquellos que tienen el potencial de éxito en los niveles de competición de élite. En muchos casos, sin embargo, la eficacia de los programas de identificación y desarrollo de talentos a menudo dependen de la asignación eficiente de los recursos disponibles (humanos y económicos) en los jóvenes más talentosos. Desafortunadamente, en muchos deportes, esta selección asociada a la madurez ha contribuido a promover el efecto relativo de la edad. El efecto relativo de la edad se ha relacionado con la participación y el logro a largo plazo en el deporte, en parte, como resultado de las diferencias físicas en atletas de la misma edad cronológica (por ejemplo, altura, tamaño y fuerza).

La maduración es un predictor bien documentado de la aptitud, el rendimiento y la selección de los Jugadores en muchos deportes juveniles. Se ha encontrado que los atletas que son más maduros biológicamente tienen mejores resultados en pruebas de fuerza, potencia y habilidades. Además, durante los juegos deportivos colectivos, ​​los niños de madurez temprana cubren mayores distancias a alta velocidad y realizan más acciones de alta intensidad que los niños menos maduros. Estas actuaciones crean un entorno falso en el que los atletas de madurez temprana tienen más probabilidades de ser exitosos, y así los entrenadores los perciben como más talentosos.

En consecuencia, es más probable que los niños de madurez temprana se sientan atraídos, y seleccionados, hacia deportes en los que un mayor tamaño, fuerza y ​​potencia son atributos deseables. Sin embargo, las diferencias de altura entre los atletas juveniles son imperceptibles en la adolescencia tardía y la adultez temprana, por lo tanto, las diferencias en el rendimiento se vuelven inexistentes, o al menos sustancialmente reducidas hacia el final de la adolescencia.

A pesar de las grandes diferencias relacionadas con la madurez en los niños a una edad cronológica idéntica (por ejemplo, 12 años), la clasificación estándar y más aceptada en los entornos deportivos juveniles sigue siendo la edad cronológica (es decir, la edad en función de la fecha del calendario de nacimiento). Si bien esto puede ser por razones prácticas, es importante saber que hay muchos factores involucrados en el rendimiento deportivo exitoso en los deportes juveniles. En este sentido, las características físicas determinadas por el crecimiento y la maduración son una parte importante de una matriz compleja, donde los niños y los adolescentes están influenciados por factores físicos, psicológicos, culturales y sociales.

Términos clave

1. Edad biológica: se refiere al estado biológico o la madurez del jugador, según sean preadolescentes, adolescentes o adultos.
2. Edad cronológica: cuánto tiempo ha vivido una persona en años, meses y días.
3. Maduración: se refiere al progreso hacia el estado adulto o maduro y se puede definir en términos de estado, tiempo y ritmo.
4. Crecimiento: cambios en el tamaño, la forma y la composición del cuerpo.
5. Juventud: el período comprendido entre la infancia y la adultez.
6. Efecto relativo de la edad: se refiere a la participación inmediata y el logro a largo plazo en el deporte.

Las propuestas para unir a los jugadores según los atributos físicos y la madurez en lugar de la edad cronológica se han intentado en varios deportes. Esta estrategia actualmente se etiqueta como «Bio Banding» y consiste en agrupar y evaluar atletas jóvenes según el tamaño y el estado de madurez, en lugar de la edad cronológica (por ejemplo, menores de 13 años).

Los jugadores de la misma edad cronológica pueden tener una edad biológica diferente, por lo tanto, sus diferencias en las cualidades físicas (por ejemplo, fuerza y ​​velocidad) pueden ser tremendas. Además, en algunas cortes de grupos de edad, las diferencias entre algunos atletas jóvenes pueden ser tan grandes como varios años de diferencia en la edad biológica. Esto, a su vez, es probable que afecte el desarrollo y el rendimiento de los atletas.

El «Bio Banding» intenta crear un entorno óptimo en el que los atletas de madurez temprana y tardía puedan prosperar. Al diversificar el ambiente de aprendizaje mediante la creación de desafíos nuevos y asequibles en forma de nuevos entornos (por ejemplo, jugando con compañeros más jóvenes / mayores), el proceso de «Bio Banding» puede, en teoría, beneficiar a atletas de madurez temprana y tardía.

Por ejemplo, en un entorno con bandas biológicas donde los jugadores  de madurez temprana están compitiendo contra otros de destreza física similar, ya no podrán confiar en su prevalencia física y, por lo tanto, se les alentará a usar y desarrollar sus habilidades técnicas y tácticas. También los prepararía para los desafíos futuros donde puedan tener que competir contra jugadores igual o más maduros. Este enfoque igualador también beneficiaría al jugador  de maduración tardía, que tendría una mayor oportunidad de demostrar sus atributos físicos y técnicos.

Identificación del talento

También es importante reconocer el tremendo efecto que tiene la maduración en los procesos de identificación y selección en el deporte.

Es probable que actualmente, en la promoción de talentos, muchos jugadores de alto potencial pasen desapercibidos debido a su desarrollo biológico tardío, o que los jugadores precoces “se duerman en sus laureles” y no progresen como podrían hacerlo.

En este contexto, algunas pruebas sugieren que el «Bio Banding» puede proporcionar una solución útil para dicho problema al disminuir el impacto del efecto de la edad relativa. Esto, por lo tanto, ayudaría a las instituciones y clubes a retener atletas talentosos que de otra manera podrían ‘pasar por la red’. Finalmente, las estrategias de selección actuales que favorecen a los atletas basándose en atributos que no están completamente desarrollados hasta la edad adulta (por ejemplo, tamaño y fuerza), pueden tener efectos negativos a largo plazo en el desarrollo psicosocial del atleta, además de su éxito deportivo.

¿Cuáles son las ventajas del bio-banding?

Al distribuir a los jugadores en función de su edad biológica y no según su edad cronológica (bio-banding), se crean grupos de entrenamiento y de competición con niveles de rendimiento más consistentes.

Los partidarios de este método sostenemos que de esta manera los jugadores de una edad biológica avanzada ya no pueden confiar únicamente en su ventaja física.

Al enfrentarse a oponentes tan fuertes y altos como ellos, se ven obligados a utilizar y desarrollar sus habilidades técnicas, tácticas y mentales.

Experimentan un mejor equilibrio entre las victorias y las derrotas y aprenden a imponerse al oponente que tiene la misma fuerza que ellos (Cumming, Lloyd, Oliver, Eisenmann, & Malina, 2017). Como el juego es generalmente más rápido, aprenden a tomar decisiones más rápido.

En el sistema actual, los jugadores con un desarrollo biológico tardío son a menudo reservados y evitan las confrontaciones directas con oponentes con mayor fuerza física.

Gracias al bio-banding, tienen más a menudo la oportunidad de practicar duelos que implican contacto físico contra oponentes de la misma fuerza que ellos.

Están más involucrados en el juego, necesitan tomar más responsabilidades y muestran más liderazgo dentro de su equipo.

De esta manera, viven experiencias más gratificantes y reciben más retroalimentaciones positivas de sus entrenadores y de sus compañeros de equipo.

Incluso, se supone que para estos jugadores, el riesgo de lesiones es menor: debido a la reducción de las grandes diferencias de tamaño y peso, en caso de colisión, las lesiones son menos graves.

Independientemente de la edad biológica de los jugadores, el bio-banding mejora el ambiente de aprendizaje y tiende a reducir la fase de estancamiento en el desarrollo del rendimiento. En el camino hacia la decisión de selección, hay menos riesgo de subestimar el potencial de aquellos cuyo desarrollo biológico se encuentra en una fase temprana y de eliminarlos demasiado pronto del proceso.

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