¿Por qué se ríen tanto estas mujeres?

Cada conquista de estas jugadoras nos deja con la boca abierta. Su valor no está tasado estrictamente en las medallas, sino en la cantidad de veces que están luchando por ellas y la manera en la que lo hacen

La mirada de Laura Nicholls. Su intuición y capacidad de anticipación en las acciones que acaban decantando los partidos a nuestro favor, en defensa por supuesto, pero también en ataque. El gesto de Cristina Ouviña cada vez que resuelve con un buen tiro una buena asistencia de Silvia Domínguez. El listón de baloncestista que Astou Ndour pone a las rivales. Tan alto como discreto. Tan exigente a todos los niveles. La manera de botar el balón de Laia Palau con ese ‘flow’ que crece con los años. La técnica de tiro de Marta Xargay, de una escuela tan clásica, tan bien ejecutado el gesto, que a uno le parece cualquier movimiento sin aparente esfuerzo de Ashleigh Barty, la número uno del tenis femenino, cuando envuelve a sus rivales con esa difícil facilidad de los superdotados. El primer paso de Anna Cruz, y su necesidad de que las demás tengan que contar con ella. ¡Balones a mí! Las rachas de Silvia. Además de los pases. Los 36 segundos en la semifinal de María Pina. Los tiempos muertos de Lucas. No se me olvidará aquel en el que le quitaron la razón todas a la vez, y casi le entra la risa ante su ocurrencia inconveniente.

 

Leer el artículo completo.

Menú