La gran estafa de las alternativas ‘sanas’ al azúcar

Del edulco-rante de toda la vida hemos pasado al jarabe de maíz y al sirope de agave. Pero los beneficios para la salud de estas alternativas ‘más naturales’ son cuestionables.

Sé que esto va a doler pero alguien tenía que decirlo: azúcar moreno, azúcar integral, azúcar mascabado, panela, sirope de agave, sirope de arroz, jarabe de arce o jarabe de capullito de alelí… todos son primos hermanos. Sí, has leído bien. Todos contienen azúcares en torno al 70%-80%, y muchos de ellos en un porcentaje superior al 90%. El problema es que estas alternativas suenan mejor porque parecen más naturales. No nos olvidemos de que lo natural, como la cicuta, no tiene por qué ser saludable.

“¡Pero el azúcar de caña integral no está refinado y es más sano!”, dicen algunos. Es cierto que en lugar de un 100% de azúcares estos productos contienen un 96% de azúcares. Pero ese 4% restante es una mezcla en la que puede haber vitaminas y minerales en una cantidad irrisoria. Para obtener los beneficios de esas vitaminas y minerales deberíamos comer kilos de azúcar integral. Vamos, que no compensa. Si lo que buscas son vitaminas y minerales, mejor come fruta y verduras. El azúcar de caña integral no es una buena fuente.

¡Pero el azúcar blanco tiene químicos tóxicos, dicen otros. El mito de que el azúcar blanco lleva cal surge porque en su extracción se utilizan compuestos como el hidróxido de calcio, un coadyuvante tecnológico que después se elimina y no está presente en el producto final. Si no es posible eliminarlos del todo queda en una cantidad residual permitida por la legislación. En resumen: el azúcar blanco no es tóxico y si hay algún invitado en la fiesta lo está en una cantidad tan pequeña que no supone riesgo para la salud.

¿Bajo qué nombres se esconde el azúcar?

 

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