La ciencia confirma el poder adelgazante de este antidiabético

La pandemia del sobrepeso avanza sin control. Dieta y ejercicio no bastan para revertirla y los fármacos aprobados hasta ahora tienen limitaciones. La buena noticia: un medicamento utilizado para la diabetes también provoca bajadas importantes de peso.

La obesidad es uno de los mayores enemigos de salud pública en cantidad -1.900 millones de personas en el mundo rebasan el límite de 25 kg/m2, que marca la frontera entre el peso adecuado y el excesivo- y en calidad (nefasta) -acarrea diabetes, afecciones cardiovasculares y cáncer, que figuran en el ‘top ten’ de las causas de muerte en el mundo-. Este tremendo poder justifica sobradamente que frenarla se haya convertido en un objetivo prioritario a todos los niveles (mundial, nacional, regional, local…) y que no se escatimen recursos en encontrar la solución. Pero cuanto más se conoce de ella, más certeza hay de lo difícil que es doblegarla.

Los fármacos adelgazantes utilizados consiguen pérdidas de peso discretas y efectos adversos importantes.

El remedio debería ser tan sencillo como ingerir menos y gastar más, pero ya sabemos que eso no suele funcionar a largo plazo (el sobrepeso reaparece al cabo de un tiempo, y con más fuerza); los diferentes fármacos adelgazantes de los últimos años han ofrecido pérdidas de peso discretas y muchos efectos adversos; las técnicas quirúrgicas (bandas gástricas y cirugía bariátrica) conllevan riesgos…

En este panorama tan desalentador emergen promesas que proyectan cierto optimismo. ¿De dónde vienen? Precisamente, de uno de los peores compañeros de la obesidad: la diabetes, un trastorno metabólico que sufren 422 millones de personas, la mayoría de tipo 2, relacionada con el sobrepeso y la inactividad. El doctor Julio Sagredo, miembro de la redGDPS y del grupo de Diabetes de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), confirma que “en muchas ocasiones, la DM2 es una complicación de la obesidad” y que “los tratamientos clásicos, basados en la nutrición adecuada y el ejercicio físico, son los más importantes, pero con frecuencia se muestran insuficientes”, de aquí que hayan surgido “otras opciones terapéuticas -la cirugía metabólica y fármacos- para reducir peso”.

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