Aprender a aprender: la nueva habilidad que te da ventaja competitiva

El reto actual ya no es solo aprender nuevos conocimientos, sino comprender cómo gestionar la realidad que se presenta ante nosotros.

Cuentan que el escritor Víctor Hugo se quitó la ropa, se cubrió únicamente con un chal y le pidió a su criado que lo encerrara en su habitación solo con lápiz y papel. Esto le obligó a concentrarse en su escritura, un desafío para él, porque había muchas otras cosas interesantes que hacer, libros que leer y gente con quien hablar.

Si Hugo hubiera nacido dos siglos después, la cantidad de información y estímulos habría sido infinitamente mayor: quizá también habría entregado a su sirviente el móvil, el portátil y hasta el reloj inteligente. Hoy vivimos en una auténtica Alejandría digital, donde cualquier conocimiento está al alcance de nuestra mano con un solo clic. El reto, pues, ya no es solo aprender nuevos conocimientos, sino comprender cómo gestionar la realidad que se presenta ante nosotros, es decir, aprender a aprender. Esto significa entrenar para que nuestros esfuerzos a la hora de formarnos resulten más productivos y nos lleven a aprendizajes de mayor calidad, más duraderos y transferibles a nuevas situaciones. Esta maleabilidad del conocimiento será (y ya es) una de las habilidades más demandadas al profesional el futuro.

Cómo tener éxito

En primer lugar, para aprender de forma óptima, la intuición y el instinto natural muchas veces no funcionan. “Un ejemplo claro está en la técnica del salto de altura”, explica Héctor Ruíz, neurobiólogo, investigador en psicología cognitiva del aprendizaje y director del International Science Teaching Foundation. La técnica más eficiente para esta prueba es saltar de espaldas, pero esto no era así antes de que lo hiciera el saltador Dick Fosbury en las olimpiadas del 68. “Cada uno saltaba como creía que lo hacía mejor, porque saltar de espaldas no es algo instintivo, requiere mucho entrenamiento. Pero se vio que los resultados eran mejores y, a partir de entonces, todos los saltadores de altura comenzaron a utilizar la técnica del Fosbury Flop”, cuenta Ruíz, que también es autor de ‘Aprendiendo a aprender’ (Vergara 2020).

Continuamos con el esfuerzo: es un ingrediente básico para aprender, pero también es importante hacerlo “bien”. Por eso, es tan necesario saber cómo esmerarse para tener mayor probabilidad de éxito y evitar, así, frustraciones. ¿Cómo lograrlo? Pensemos en la tesis filosófica de que cada individuo nace con la mente vacía, sin cualidades innatas, como una tablilla de escritura rasa: todos los conocimientos y habilidades son fruto del aprendizaje, a través de experiencias y percepciones sensoriales.

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