¿Qué pasa si dejo de tomar lactosa y no soy intolerante?
Como en todo, en nutrición también hay modas. En los últimos tiempos parece que si no desterramos algún nutriente de la alimentación no cuidamos nuestra salud. Esto parece ocurrir también en el caso de la lactosa, atribuyendo a su eliminación supuestos beneficios para la salud.
Sin embargo, abandonar el consumo de los productos lácteos sin un diagnóstico médico y pensando que así estaremos más sanos conlleva riesgos. Elena Sierra, alergóloga del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, y María Garriga, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Ramón y Cajal, de Madrid, explican a CuídatePlus qué efectos tiene sobre la salud decidir no tomar lactosa si no somos intolerantes.
¿Qué es la lactosa?
La lactosa es el principal azúcar presente en la leche y en los derivados lácteos. Se trata de un disacarido, lo que quiere decir que está formado por dos azúcares simples: la glucosa y la galactosa. “En el intestino existe una enzima, llamada lactasa, que se encarga de digerir la lactosa y desdoblarla en estos dos azúcares. De esa forma se absorben en la pared intestinal”, explica Sierra.
Las personas intolerantes a la lactosa fabrican o muy poca cantidad de esta enzima -lactasa- o ninguna-. El hecho de no poder desdoblar estos dos azúcares hace que la lactasa no se absorbay se produzca en el colon una fermentación de ese azúcar. Todo eso genera los síntomas típicos de la intolerancia a la lactosa:
En los mamíferos esta síntesis de la lactasa tiende a desaparecer. Sin embargo, en los humanos que continúan tomando leche tras la lactancia materna esa síntesis es dependiente al consumo mantenido de lactosa.
¿Qué pasa si dejo de tomar lactosa?
Es cierto que las personas somos los únicos mamíferos que continuamos tomando leche tras el destete. Pero eso no lo convierte en contraproducente. De hecho, según explican Sierra y Garriga, el hecho de que personas sanas sin ningún síntoma de intolerancia a la lactosa decidan dejar de tomar lactosa como parte de una alimentación equilibrada conlleva que el intestino deje de producir lactasa. ¿Eso qué significa? Básicamente que si dejamos de tomar lactosa durante un periodo de tiempo prolongado, deja de producirse la síntesis de la lactosa y los alimentos que antes nos sentaban bien pueden comenzar a darnos problemas.
“La enzima funciona con retroalimentación positiva, es decir, que cuanta más lactosa tomas más lactasa se genera. Si haces que disminuya esta función durante un tiempo prolongado al reintroducir la lactosa se pueden originar problemas digestivos”, dice Garriga.