La ciencia desvela un gran motivo para beber el agua necesaria

Arranca el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología y entre sus numerosas nuevas aportaciones llega un nuevo trabajo con 15.792 adultos que nos recuerda un dato importante: mantenerse hidratado cuida el corazón.

No la echamos de menos tantas veces como deberíamos. ¿Cuánta agua bebes al día? ¿Cuántas veces te han reiterado su valor para tu salud? El caso es que, o porque gozas de la fortuna de tenerla a demanda, o porque sacias tu sed con otro tipo de líquidos, o porque no te lo terminas de creer (el consejo de los litros a consumir al día), a estas alturas la ciencia llega, de nuevo, para insistir en lo obvio. Y ha sucedido durante la celebración del Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés) que hoy se inicia de forma digital. Todo para recordarte que mantenerte bien hidratado cuida la salud de tu corazón.

Se trata de una nueva investigación que constata que sí, que beber la cantidad de agua diaria recomendada reduce el riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca. Si te preguntas cuál es dicha cantidad, El Confidencial ya lo adelantó: dos litros y medio al día.

Como recalca la Fundación Española del Corazón, “el agua supone entre un 50 y un 70% de nuestra masa corporal, y cuando disminuye ese porcentaje, el funcionamiento de los órganos puede encontrarse con dificultades. Es lo que ocurre si llegamos a deshidratarnos, una situación en la que se puede deteriorar rápidamente la función renal, llevando incluso a la aparición de arritmias”.

Tal y como declara a El Confidencial el doctor José Luis Zamorano, exvicepresidente de la ESC, jefe del Servicio de Cardiología el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y embajador para Latinoamérica de la citada identidad, “hay que resaltar que el cuerpo humano es un organismo tremendamente sofisticado y perfectamente diseñado, en el cual el balance de todos sus elementos es fundamental para su correcto funcionamiento y, por tanto, para encontrarnos física y psíquicamente bien. Tenemos numerosos ejemplos de ello: el desbalance en hormonas tiroideas nos puede hacer engordar o adelgazar mucho; alteraciones en neurotransmisores nos pueden hacer estar tristes o alegres, y por supuesto alteraciones en los iones, como el sodio o el potasio, nos pueden provocar arritmias letales”.

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