Los millonarios beneficios de reducir el azúcar añadido

Un trabajo estadounidense, con participación de la Universidad de Harvard, pone número a las muertes y problemas circulatorios evitables con solo reducir un 20% la glucosa de los alimentos. El saldo es aplastantemente positivo.

La guerra declarada al azúcar añadida a los alimentos se prolonga desde hace más de 10 años. Las autoridades sanitarias de muchos países, con la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la cabeza, han adoptado estrategias para reducir las cantidades de azúcar en comidas y bebidas envasadas, que van desde pedir la participación de la industria hasta informar a la población de las consecuencias de un alto consumo de esta sustancia (obesidad, enfermedades metabólicas, cardiovasculares, caries, etc), pasando por impuestos a los productos azucarados. En su informe ‘Fiscal policies for diet and prevention of noncommunicable diseases’, la OMS pide unidad a los países para implantar estas medidas.

En España se han llevado a cabo diferentes iniciativas -que tienen su punto de partida en la estrategia NAOS, que arrancó en 2005-, la más reciente es de hace menos de un año y la promueve la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan). Fuera de nuestras fronteras, la FDA estadounidense obliga a las compañías a reflejar en las etiquetas de los alimentos la cantidad de azúcar que contienen, y Francia o Dinamarca tienen desde hace años un ‘impuesto al azúcar’.

Bajar un 20% el azúcar de los alimentos envasados ​​y el 40% de las bebidas puede prevenir 2,48 millones de episodios cardiovasculares.

Pero todavía no es suficiente y hay que ser firmes para lograr el objetivo. Hay mucho que ganar en todos los sentidos (lo primero, en salud y vidas humanas, y después en dinero). Y para cuantificar el beneficio de escatimar la cantidad de azúcar, un equipo de investigadores de las prestigiosas escuelas de Salud Pública TH Chan de Harvard, de Nutrición de la Universidad de Tufts, del Hospital General de Massachussets y del Departamento de Higiene y Salud Pública de la Ciudad de Nueva York han hecho un ejercicio de simulación. El resultado no puede ser más convincente: reducir un 20% el azúcar de los alimentos envasados ​​y el 40% de las bebidas puede prevenir 2,48 millones de eventos provocados por enfermedades cardiovasculares (por ejemplo, ictus e infartos de miocardio), 490.000 muertes de causa cardiovascular y 750.000 casos de diabetes en Estados Unidos.

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