Estos son los beneficios de pasar frío (de vez en cuando)

El frío controlado puede ser muy beneficioso para la salud. Al igual que la dieta y el ejercicio, incluir terapias de frío en nuestro hábitos puede ayudarnos a vivir más y mejor.

Pasar frío no nos gusta. Es una situación incómoda de la que solemos huir y que normalmente asociamos con problemas de salud como los resfriados, sabañones o eccemas. Pero ¿y si pasar frío de vez en cuando y de forma controlada nos beneficia? ¿y si nos ayudara a adelgazar? Tal y como explica a CuídatePlus  Luis Gallego, cirujano ortopédico y del deporte, “los beneficios de las terapias con frío son muchos”.

Cuando nos exponemos al frío, explica Manuel Sánchez Laso, médico de Familia del Centro Médico Sanitas Alcobendas, de Madrid, “nuestro cuerpo contiene varios mecanismos de defensa con el fin de aumentar nuestra temperatura“. El hipotálamo, que es la glándula del cerebro y actúa como termómetro del cuerpo, “se encarga de estimular una serie de reacciones para conservar activos los órganos vitales del cuerpo hasta que podamos entrar en calor. Su principal función es mantener el calor a toda costa, llegando a sacrificar aluna extremidad en una situación exagerada. Por esta razón, en ocasiones sentimos hormigueo en manos y pies, esto se debe a que el cuerpo está tratando de mantener la sangre caliente en el centro de nuestro cuerpo y restringiendo el suministro a las extremidades”.

En casos de frío excesivo, “el flujo de sangre se ve reducido, por lo que se produce una falta de sangre caliente que puede provocar que los tejidos se lleguen a congelar de manera total y se produzca una ruptura“.

La exposición a terapias de frío “produce en nuestros cuerpos termogénesis adaptativa”, es decir, “cambios fisiológicos destinados a mantener la temperatura de nuestro cuerpo para que funcione correctamente”. Por una parte, “se produce vasoconstricción de la piel en las extremidades para aislar nuestros órganos del exterior y es por ello por lo que tenemos dolor en los dedos cuando estamos en ambientes fríos y tiritamos, al producir contracciones musculares involuntarias generamos calor”. Pero además, “somos capaces de desarrollar otro método de termogénesis que es el realmente beneficioso para nuestro sistema metabólico a través del cual activamos los depósitos de grasa marrón”.

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